Un solete
Lunes 02 de Septiembre
PAULA ETXEBERRIA - Domingo, 17 de Septiembre de 2017
El 4 de julio de 1845, el filósofo Henry David Thoreau abandonó la casa familiar de Concord y se instaló en una cabaña en medio del bosque, cerca de un pequeño lago, el Walden Pond. Allí vivió aislado durante dos años, cultivando sus alimentos y su espíritu, en soledad pero en comunión con la naturaleza. Como él dijo, viviendo la vida “intensamente de principio a fin”.
De esa experiencia nació su libro Walden, un experimento literario sin precedentes -y manual para la buena vida- que hoy cobra más sentido que nunca, por la defensa que hace de la vida libre y salvaje, por su crítica feroz de la sociedad y sus imposiciones. Según el propio Thoreau, “un libro escrito para esa mayoría de hombres que está descontenta con su vida y con los tiempos que le ha tocado vivir, pero que podría mejorarlos. Y también para aquéllos en apariencia ricos, pero que en realidad han acumulado cosas inútiles y no saben muy bien qué hacer con ellas”.
Thoreau y su pensamiento, volcado magistralmente en sus libros, su valioso legado, se han convertido con el paso de los años en padres fundadores de un ecologismo literario que en los últimos años está cobrando un gran protagonismo y dando muchos títulos en géneros muy diversos. Un fenómeno editorial cuyo inicio se podría delimitar en una fecha aproximada: abril de 2013, cuando Errata Naturae publica su traducción de Walden. “De entrada cubren un hueco porque era un libro un poco olvidado, con traducciones antiguas y ediciones apenas visibles en las librerías, y además encaja perfectamente con la línea de la editorial que, a su vez, pertenece al grupo de nuevas editoriales que desde hace unos diez años han venido a coger el relevo y regenerar el panorama editorial español”, explica Daniel Rosino desde la librería de Pamplona Walden -precisamente llamada así en homenaje a Thoreau y su gran obra-. Con la reedición de este título, apunta el librero navarro, Errata Naturae “recoge además en cierta manera el desengaño de la vida moderna y el salto al vacío que en un par de generaciones, desde la de nuestros abuelos hasta la nuestra, se ha producido dando la espalda a la vida en los pueblos y al sentido de pertenencia a la naturaleza que en las ciudades se ha perdido”, analiza. “Errata ha seguido publicando algunos textos de Thoreau (Musketaquid, Cartas a un buscador de sí mismo, una antología de ensayos políticos...) que en mi época, cuando yo leí Walden por primera vez, ni siquiera estaban traducidos, ni siquiera sabíamos que existían”, recuerda Rosino. Desde esa fecha orientativa (abril de 2013), el espíritu de Thoreau ha ido calando en diferentes publicaciones.
En 2015, la propia editorial Errata Naturae inauguró una colección titulada Libros salvajes, basados en una frase de Thoreau -“Todo lo bueno es libre y salvaje”- que resume perfectamente el sentir del filósofo y escritor, y donde se recogen experiencias de gentes -la gran mayoría de Norteamérica- que viven en entornos salvajes por oposición a urbanos.
Ni mucho menos es algo nuevo. “A nivel estatal el escritor que ha tocado estos temas es Delibes, que ya venía advirtiendo desde los cincuenta de que algo estaba pasando y de los problemas de desarraigo que se iban a generar al menospreciar la vida y los conocimientos y el tono del mundo rural...”, recuerda el librero de Walden. Con él coincide Germán, librero de Katakrak: “Es verdad que de un tiempo a esta parte se están publicando bastantes libros que tienen que ver con la vuelta a la naturaleza de uno u otro modo. Aunque también es cierto que la ecología política como disciplina lleva ya muchos años y ha generado un montón de literatura al respecto”, dice, antes de este boom.
Desde Katakrak, destacan de entre su potente fondo de ensayo títulos muy diversos. En el marco de la ecología política, Hacia la soberanía energética de Xabier Zubialde (Txalaparta); La naturaleza es un campo de batalla de Razmig Keucheyan, “ensayo que aborda la naturaleza dentro de las relaciones de fuerza sociales, analizando las desigualdades que se dan entre las diferentes colectividades con respecto al acceso a los recursos naturales y la exposición a los efectos nefastos del desarrollo”; Ecología o catástrofe de Janet Biehl; Colapso de Carlos Taibo, centrado en las causas y posibles consecuencias de ese colapso en términos ecológicos y económicos; o La gran encrucijada, sobre los riesgos de los procesos de acumulación y consumo ilimitados.
En la temática de conocimientos aplicados, Germán recomienda El libro de la madera de Lars Mytting. “Es la biblia de la madera. Nos cuenta con todo lujo de detalles el arte de cortar y almacenar la madera. Todo un tema en los países nórdicos”. También Bizi Baratzea de Jakoba errekondo (Argia), “una guía magnífica en euskera para el mundo de la huerta”. Y en esta línea, el librero de Katakrak destaca “el trabajo realizado por la editorial navarra La Fertilidad de la Tierra, que durante estos años ha publicado un montón de libros relacionados con el cultivo ecológico”.
La vida secreta de las plantas de Peter Tompkins, sobre la íntima relación de las plantas con la naturaleza y los hombres; La memoria secreta de las hojas de Hope Jharen, en una línea similar; La invención de la naturaleza de Andrea Wulf, un repaso de la vida del naturalista Alexander Von Humboldt, “explorador y científico que entendió la naturaleza como un gran sistema interconectado”, recuerda Germán; y, en una línea más filosófica y vivencial, Una casa en Walden, análisis del contenido filosófico de los textos de Thoreau, y La casa de mi padre, de Jaime Izquierdo, la historia de un joven ingeniero que abandona su carrera para volver a la casa de su padre y que ya va por la tercera edición, son otros títulos que conectarán a los lectores con lo más puro y esencial, de lo que a veces, a nuestro pesar, nos vemos alejados: la vida natural.
Tanto en narrativa como en ensayo, muchos son los títulos que en estos últimos años han visto -y están viendo- la luz con el foco puesto en la conexión con la naturaleza o la reivindicación de una vida más sencilla y sostenible. Las temáticas son muy diversas, desde experiencias personales de gente que ha dado un giro a sus vidas y ha comenzado una nueva etapa en la naturaleza, en contacto directo, con su crudeza, irracionalismo, vitalidad, peligros, como cazadores, pastores, apicultores, leñadores ; hasta el rescate de la memoria rural más en la tradición de Delibes, pasando por la temática sobre la vida a pie, los viajes a pie, la recuperación del arte de caminar, que es la medida humana para el movimiento. “En general, la idea de la medida humana como trasfondo, que en realidad es viejísima, se remonta a los griegos, y Thoreau, de hecho, era un gran lector de esos clásicos”, dice Daniel Rosino.
Biografías de activistas del ecologismo, manuales prácticos para la vida en contacto directo con el medio natural y hondos ensayos sobre soberanía energética, sostenibilidad, los sistemas alimentarios y, muy ligado a ello, los riesgos del consumo ilimitado también centran publicaciones visibles a día de hoy en las librerías más comprometidas socialmente.
El librero de Walden apunta varios títulos centrados en experiencias personales en contacto directo con la naturaleza: La vida del pastor, de James Rebanks, hijo y nieto de pastores, quien cuenta un año entero al paso de las estaciones, de su vida entregada al oficio de pastor en el corazón de Inglaterra; Cartas de una pionera, de Elinore Pruit Stewart, “una mujer que a principios de siglo XX deja la ciudad y se va a la frontera del oeste en EEUU y escribe unas cartas maravillosas de su nueva vida en una granja en las montañas”; Los búfalos de Broken Heart, de Dan O’Brien, “una narración simple, pura e intensa a cargo de un tipo que se empeña en recuperar la vida de los búfalos en las praderas de las Grandes Llanuras”; Un año en los bosques, de Sue Hubbell, o Las riquezas verdaderas de Jean Giono (autor también de El hombre que plantaba árboles), entre otros.
En la temática que podría denominarse de memoria rural, destacan publicaciones como Palabras mayores de Emilio Gancedo, con testimonios de gentes que habitan pueblos de casi todas las provincias españolas y cuyo antecedente más directo, recuerda Daniel Rosino, es “Castilla habla de Delibes, un libro que yo recuerdo con mucho cariño porque lo leí muy joven y me pareció, al igual que Walden, muy verdadero, muy puro y con mucho sentido”. La España vacía de Sergio del Molino, por su parte, trata el tema de la despoblación con todos sus matices, la emigración campo-ciudad; Los últimos de Paco Cerdá es otra crónica de lo que llaman la Laponia española, la zona con menos densidad de población de todo Europa (en la Serranía Celtibérica); una reedición muy reciente es Memoria de un montañés de José Satué, sobre la vida en el Pirineo aragonés. “Y otra curiosidad, Historia de las agriculturas del mundo de Marcel Mazoyer y Laurence Roudart, donde se recogen las tradiciones agrícolas de todo el mundo y se propone la protección de la agricultura en las zonas más desfavorecidas del planeta”, propone el librero de Walden.
Sobre las vivencias a pie, la vida hecha camino, destacan ensayos como Elogio del caminar de David Le Breton, sobre qué ha significado caminar a lo largo de la historia, del arte, la literatura y la filosofía; Andar: una filosofía de Frederic Gros; Wanderlust: una historia del caminar de Rebecca Sonlit, obra sociopolítica sobre el binomio caminar-pensar; Caminar (o el arte de vivir una vida salvaje y poética) del noruego Tomas Espedal, “un libro desordenado como su autor, sobre el placer y los demonios que suponen vivir, viajar, sentir y soñar a pie”, dice Rosino; o Viaje a pie, recién reeditado, del mítico Julio Villar.