Reseña: LA REPETICIÓN

LA REPETICIÓN
(Ivica Djikic, Sajalin, 2016 Barcelona)

«Ellos los oían y se los iban tragando como se traga uno la llave de una cerradura secreta, hasta que el estómago empieza a arder de dolor y desasosiego»
Ivica Djikic

La nieve. Metáfora de lo impoluto o virginal. Una tormenta interrumpe el viaje de la editora Dijana Lovric y le obliga a guarecerse en casa de la familia de su actual pareja. A través de este incidente banal, se despliega un número reducido de personajes que, con sus silencios, sus debilidades y sus miedos nos descubren esa Croacia posterior a la guerra de los Balcanes. Cicatrices sobre una tierra que se desangró y sobre la que todavía penden odios e intolerancias. Lo fascinante de la novela corta de Ivica Djikic es que todo ello nos lo cuenta de manera lateral. Casi impalpable. Nos desgrana unas vidas comunes, similares en cualquier ciudad europea, pero que trascienden en los hechos terribles.

Historias no contadas, huidas ignominiosas, violencia latente. Todo esto aparece en forma sutil y magistralmente escrita. La protagonista lleva saliendo unos pocos meses con un experiodista de éxito, que abandona su carrera para convertirse en pinche de cocina. Ella está terminando de escribir, después de dos años, la historia de un convento católico que atraviesa de manera profunda la historia de Croacia. Y así, dos o tres personajes más que, desde perspectivas humildes, nos muestran como el horror transciende al día a día. Posiblemente, el ejercicio narrativo de Djikic es un intento de cicatrizar o suturar ese pasado atroz y denso que se siente en la ex Yugoslavia.

El editor de la protagonista pensaba que «se cruzaba poco con gente íntegra y honrada (aún sabía distinguirlos): había trepado hasta el nivel al que ese tipo de gente no llega, y si por casualidad se encontraba con ellos, los tenía que doblegar o destruir por razones de negocio» (p. 40). Al cerrar esta novela, tal vez imaginemos, al contrario, que el futuro es de los honrados y los generosos.

Eduardo Arteta Irujo