«El arte de no ser gobernados» en LE MONDE DIPLOMATIQUE
Viernes 20 de Diciembre
UN REPORTAJE DE AMAIA RODRÍGUEZ OROZ. FOTOGRAFÍA IBAN AGUINAGA - Miércoles, 5 de Abril de 2017
El escritor Fermín Ezkieta, ayer antes de la presentación de esta reedición en Katakrak.
La gran evasión, la huida de uno de los penales más duros de la represión franquista tuvo lugar el 22 de mayo de 1938 y se cobró 239 ejecuciones. En total, fueron 795 los fugados documentados, de los que 206 fueron abatidos en los montes. Los que dirigieron aquella persecución fueron felicitados e, incluso, ascendidos. Privilegio de los vencedores. Tres fugados consiguieron alcanzar la frontera francesa, y todavía hay abiertas investigaciones para desentrañar si hubo un cuarto. Fermín Ezkieta indaga sobre todos estos aspectos en Los fugados del Fuerte de Ezkaba (Pamiela), un libro publicado por primera vez en 2013 y que ahora ha sido reeditado con el fin de ofrecer un poco de luz a toda aquella verdad que quedó oculta sobre la que fue la fuga carcelaria más importante de la historia europea; sobre el antes, el durante y el después; sobre quiénes idearon el plan de fuga; sobre el papel del relegado colectivo anarquista en el fuerte, que fue protagonista de dos fallidas evasiones en julio y octubre de 1936; pero, sobre todo, ofrece un giro radical sobre el paradero de los fugados muertos en el operatorio de persecución, frente a las generalizadas creencias en que han estado envueltos. Se incluye el mapa de su localización y, en algunos casos, su exhumación e identificación.
“En los últimos años ha habido mucha literatura acerca del fuerte, de la fuga, pero siguen habiendo muchos elementos novedosos y que revolucionan lo conocido hasta el momento sobre la mayor fuga carcelaria de la historia europea, que tiene la particularidad de que pasó por la puerta de nuestra casa y que en aquel momento, en el año 1938, fue muy relevante internacionalmente”, dijo ayer el autor del libro, Fermín Ezkieta, quien agregó que “lo que cambia sustancialmente el relato son las aportaciones” que ha ido recabando durante cuatro intensos años de investigación, que “revolucionan el antes, el durante y el después de la fuga”. En este sentido, explicó que “hubo dos intentos colectivos de fuga organizados por anarquistas de CNT y FAI en el mismo año 36 y que se saldaron con 25 fusilados en el fuerte”. Hasta ahora, se había conocido que hubo 25 muertos objeto de fusilamiento pero “que se trataba de presos comunes”. No obstante, al menos 13 de ellos pertenecían a CNT. “El fuerte se abrió en junio para 210 anarquistas provenientes de otras cárceles”, señaló, pese a que hasta ahora se había planteado que el fuerte se abrió después del golpe del 18 de julio.
Este colectivo anarquista, continuó Ezkieta, se sumó a la preparación de la gran fuga de 1938. “Hasta ahora se decía que hubo al menos 27 organizadores, pero realmente hubo medio centenar”, añadió, una planificación que el escritor personifica en la figura de Juan Alzuaz, “uno de los dirigentes de CNT de Barakaldo y que, junto a Leopoldo Picó, fue uno de los cerebros de la fuga”. Alzuaz, recordó Ezkieta, se intentó fugar ya en 1934 de la cárcel de Vitoria y es quien tiene el contacto con aquel colectivo anarquista. “El fiscal del sumario de la fuga plantea que quienes arremetieron contra el cuerpo de guardia fueron un grupo de entre 50 y 60 personas, lo que coincide con lo que decía en sus memorias la hija de uno de los presos, Loli Herrero”, subrayó.
Además, relata en su libro las muchas creencias extendidas acerca de lo que pasó con los 206 ejecutados en los montes tras la fuga. “Se dice que fue una fuga consentida, que era una trampa y los dejaron salir para después matarlos, pero esto es erróneo -remarcó-. Si hubiese sido así, no tendrían sentido la cantidad de informes de espionaje que hicieron en Francia para saber cómo ocurrió, o las detenciones que hubo a mujeres que visitaban a presos y que ellos entendieron que fue la conexión con la ayuda exterior a esta fuga”. Pero, asimismo, contó que también es errónea la creencia de que “muchos de ellos quedaron enterrados en los cementerios de la Cendea de Ansoáin”. “Se puede decir con certeza que no hay ningún fugado que esté en estos cementerios alrededor del fuerte; todos los que están, que son muchos, pertenecen a presos que murieron antes o después de la fuga”. “Los que se fugaron quedaron en los montes entre el fuerte y la línea de frontera”.
LAS FRASES
"es irónico que hoy en día hayamos perdido nuestra intimidad pero no podamos acceder a archivos de los años 40”
El escritor lamenta la dificultad con la que se ha encontrado al intentar acceder a archivos de los años 40 o 50 de California, donde supuestamente un cuarto superviviente de la fuga de San Cristóbal rehizo su vida tras conseguir escapar en 1938.
“HUBO MEDIO CENTENAR DE ORGANIZADORES DE LA GRAN EVASIÓN”
Pese a la creencia de que la gran fuga fue planeada por 27 personas, está documentado que fueron medio centenar los que planificaron la huida.