La memoria de urgencia de la resistencia negra

Katakrak publica Historia de las revueltas panafricanas que C.L.R. James publicó en 1938 y amplió en 1969

Laura Puy Muguiro, Pamplona

Considerado en el Caribe uno de los padres de la independencia y respetado en gran Bretaña como pionero histórico del moviiento negro, Cyril Lionel Robert James (1901, Trinidad y Tobago 1989, Londres) escribió en 1938 una "breve pero sugerente historia global de la resistencia negra" que apareció el mismo año que su obra maestra, Los jacobinos negros, sobre la primera gran historia de la Revolución de Haiti, viviendo "a su sombra desde entonces", sostiene el historiador estadounidense Robin Kelley. Lo expone en la traducción de Historia de las reueltas panafricanas, el libro que publica Katakrak tras ampliar James en 1969 aquel de 1938 manteniendo con su tesis principal que hacen falta conexiones organizativas, revolucionairas, en un marco más amplio que la lucha por la emancipación de los afrodescendientes como grupo. "Una teoría", indica Luis Doldevila, de Katakrak, "que le lleva a ser minucioso, delicado, cuidadoso, con la memoria de las revueltas a escala pequeña y tremendamente crítico cuando azota".

La editorial navarra presentó en la Feria del Libro esta obra que condena el imperialismo y coloca a los trabajadores negros en el centro de los acontecimientos mundiales "en un momento en el que los historiadores aún pensaban que los africanos eran salvajes; el colonialismo, una misión civilizadora, y la esclavitud, una institución en cierto modo benéfica", apunta Kelley.

Este libro analiza la historia africana y la de la diáspora centrándose en el pueblo. Es un testimonio de las corrientes de pensamiento radical que convergieron en los cafés, las librerías y los pisos de mala muerte de Londres, donde durante la década de los años treinta se reunían jóvenes antillanos y africanos. "En la misma década en la que el fascismo y una economía deprimida pusieron en tela de juicio el destino de la humanidad".

Junto a Soldevila, Hedoi Etxarte señaló que una de las peculiaridades es que James considera que la historia de los negros no se ha contado y que, cuando se ha hecho, se han obviado cuestiones fundamentales como su opresión o los levantamientos de los negros del mundo.

Para Soldevila, el gran proyecto del libro es "construir una memoria peculiar". "No es un texto académicamente de historia, sino de urgencia, material creado por propia necesidad, con ese ritmo, esa agilidad a la hora de contar, con intrahistorias que refleja muy bien".

Y añade Kelley en la introducción que el libro deja "dos conclusiones irrefutables". Que las personas negras seguirán rebelándose "siempre que se les niegue la libertad, la humanidad y unas condiciones de vida dignas" y que estas revueltas no tienen ninguna posibilidad de triunfar a menos que estas revueltas incluyan a la gente común y se desarrollen en sus propios términos.

Para quienes se pregunte qué sentido tiene reivindicar este texto casi cien años después de haberse publicado, Soldevila señaló que "tiene sentido en un momento en el que existe una tendencia hacia la homogeneización, a la simplificación de las imágenes de quién puede ser revolucionario". Por eso, "la función de la historia como memoria viva, como pasado capaz de impactar de forma revolucionaria sobre el presente, tiene sentido hoy gracias al papel iniciático de figuras como C.L.R. James".