Física de la tristeza
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Física de la tristeza
ISBN | 978-84-16167-78-4 |
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Páginas | 384 |
Año | 2018 |
Editorial | Fulgencio Pimentel |
Sección | Narrativa Europea |
«Gospodínov es uno de los autores europeos más sobresalientes de la actualidad. Hay muy pocas novelas que se le presenten al lector experimentado como absolutamente nuevas: Física de la tristeza es una de estas raras excepciones».
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—ALBERTO MANGUEL
«Un libro diabólico... Debes leer Física de la tristeza de inmediato».
—JEAN-LUC NANCY, Libération
«El modelo de Gospodínov es Borges; con él comparte el gusto por la fantasía extravagante, el gusto por el juego equívoco con el lector. [...] La verdadera búsqueda en Física de la tristeza es la de aprender a vivir con la tristeza, convirtiéndola en una fuente de empatía y de saludable duda. El antídoto contra las políticas agresivas y las “demandas del mercado” y no la causa de un miedo atroz».
—GARTH GREENWELL, The New Yorker
«[Gospodínov] ha sacado a la novela búlgara de su letargo comunista».
—Le Monde
«Este libro es una locura. Es extraordinario y desbordante, brillante y terriblemente divertido, discordante, tan filosófico como poético, microscópico y grandioso. En resumen: fantástico».
—Berliner Zeitung
«Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov combina la experimentación formal con el impacto emocional en una evocadora exploración sobre cómo y por qué los humanos cuentan historias. Gosponídov se adentra en las laberínticas estructuras del cerebro humano, de las ciudades y de los propios libros [y] yuxtapone lo grotesco y lo bello, siendo a la vez concreto y trascendente. Un juego intelectual y una historia demasiado humanas. Física de la tristeza es un libro cautivador».
—ELIZABETH C. KETO, The Harvard Crimson
«Gospodínov ha entrado en la primera división de los autores europeos. Se aleja de las tierras de lo comercial y la convención, salvándose no solo a sí mismo, sino a la literatura (¡y, con ella, al mundo!)».
—ANDREAS BREITENSTEIN, Neue Zürcher Zeitung
«[Gospodínov] tiene un insaciable apetito destructivo por la narración. Se mueve por su propio libro comprando, pidiendo prestadas y robando historias, demorándolas con hallazgos fortuitos y sugerencias tangenciales, echando mano de los recuerdos de aquellos que las vivieron. Es el paradigma del escritor cleptómano, ratero y espía, constantemente hambriento de nuevo material y siempre insatisfecho: un minotauro en un laberinto construido por él mismo, poseído por un monstruoso y solitario deseo».
—PETE MITCHELL, Asymptote