violencias y se haga posible una mayor cooperación pacífica entre los humanos. Sería injusto decir que estos autores son los mejores, pues hay muchos otros pensadores y activistas que han dedicado sus vidas a trabajar para hacer más aceptable la vida humana. Pero estos tienen una peculiaridad, nadaron contra las corrientes hegemónicas de los años que les tocó vivir y fueron dialécticos frente a las violencias y las guerras; desobedecieron a los gobiernos cuando estos infringían reglas morales; introdujeron propuestas relevantes para eliminar todas las violencias; optaron por la libertad como signo moral; fueron activistas frente a las injusticias; y trabajaron poniendo la justicia y la paz como objetivo.