Pablo VI y España

Pablo VI y España

Fidelidad, renovación y crisis (1963-1978)

Vicente Cárcel Ortí

36,00 €

IVA incluido

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Pablo VI y España

Fidelidad, renovación y crisis (1963-1978)

ISBN 978-84-7914-324-4
Páginas 1112
Año 2012
Editorial Bac
Sección Guerra Civil

Este libro analiza y documenta la profunda renovación eclesial que Pablo VI (1963-1978) imprimió a la Iglesia en España y los frecuentes y graves conflictos político-religiosos que alteraron la vida nacional. Se perciben en este Papa las fuertes tensiones de muchos obispos, sacerdotes y seglares debidas a una doble fidelidad; por una parte a la Iglesia, que se renovaba tras el Vaticano II, y cuya renovación querían la mayoría de ellos con espíritu sincero; y, por otra, la fidelidad al Régimen y, sobre todo, la gratitud personal a Franco por cuanto había hecho en favor de la Iglesia. El mensaje conciliar sobre la independencia de la Iglesia...

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del poder temporal provocó tensiones crispadas entre ambos, pues no era posible mantener por más tiempo la simbiosis que se había dado desde que acabó la guerra civil. Y aunque en los ámbitos gubernamentales había personas sinceramente dispuestas a colaborar en la renovación eclesial, muy pronto quedaron aisladas, porque el Régimen se opuso a las aperturas que consideraba peligrosas para su propia supervivencia. Lo mismo ocurrió en el ámbito intraeclesial, donde los que se oponían al Vaticano Il quedaron reducidos a una minoría «integrista», con escaso influjo social —aunque con gran apoyo oficial—, a la que hicieron de contrapeso los «progresitas», los cuales, persiguiendo objetivos políticos amparados en los privilegios concordatarios, y abusando de ellos, provocaron graves tensiones con la Jerarquía. Desde 1965 la Iglesia fue distanciándose del Régimen y tuvo que moverse entre estos dos fuegos, resultando un camino muy difícil, pues era prácticamente imposible mantener la doble fidelidad: al Régimen y al Vaticano II. Pablo VI tuvo una actitud muy clara y coherente: distinguir entre el Régimen político y el pueblo español, al que siempre dio muestras de admiración y amor. Y, por lo que a la Iglesia se refiere, promovió una intensa renovación eclesial, que los obispos trataron de ejecutar con, fidelidad absoluta al Vicario de Cristo, aunque no pudieron evitar la aguda crisis entre clero y laicado, común, por otra parte, a la que se estaba dando en otro países, pero que en España tuvo manifestaciones peculiares y consecuencias negativas para la vida cristiana, las vocaciones y los movimientos apostólicos.


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