Paciencias miscegenagógicas del funcionario económetra Badà
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Paciencias miscegenagógicas del funcionario económetra Badà
ISBN | 978-84-121975-3-2 |
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Páginas | 264 |
Año | 2021 |
Editorial | Greylock |
Sección | Filosofía Contemporánea |
Derechos, provechos y dignidades, sensibilidad misántropa y pleitesías del catafalco-buró.
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Paciencias miscegenagógicas del funcionario económetra Badà no es una novela, sino un ensayo. Una miniatura bélica que como un juego moral se entretiene con el lector, la lectora, le interlectore (ese erótico artefacto sumativo que se desdobla) de semejante libro en llamas.
El lector, la lectora, les interlectores de Badá Biar, anidarán en su cuerpo corrupto por esta muerte del personaje en la lectura, como los insectos de Leopoldo María Panero, Alain Resnais, Jacques Derrida y Augusto Roa Bastos. Tiene que ver, por tanto, con la descomposición del cuerpo de un funcionario en el que anidan les interlectores como insectos: una metáfora tomada no solo de Panero, Leopoldo María, sino de la insinuación de Alain Resnais en su ensayo cinematográfico sobre la Biblioteca Nacional de París Toute la mémoire du monde (1956).
De hecho, nuestro Funcionario ecónomo practica sus suertes del oficio en la gobernación de los desempleados, las, les, en una España en la que recibe paternalmente a sus pobres de la cola del INEM, dictando clases de emprendimiento y dispensando las escuálidas riquezas de los desechos de cocina de un Corte Inglés endeudado.
Este furibundo ensayo se alimenta de las mejores tradiciones filosóficas de la Teoría crítica, la Literatura, el cine expresionista y el arte del absurdo, en torno al recurrente tema sociológico del funcionariado, la burocracia y el Estado: entre otros, sigue los espacios abiertos por Kracauer, los hermanos Weber, W. Benjamin, Canetti o Kafka; y la escrituración cadavérica neobarroca.
El trabajo se aventura desquiciando el clásico tratamiento sociológico de la carrera funcionarial desde unos márgenes de quien no es ni puede ni debe ser un funcionario (de carrera) en la España del precariado. Este tipo es Badà. El postulante al oficio de administrador, administrado primero como parte socializante de una filiación de ventajas, se alza aquí como un pequeño gran personaje, iluso, que cae en la desgracia de su grandilocuencia buscando por mandato a su población administrada, declarada como huida, en las letrinas. La Economía, de la que presume como funcionario económetra (si esto pudiera ser), se come, literalmente, su práctica y cerebro de buen gobierno, devorándolo como a un número contable. Asistimos al fascismo estadístico o al estadígrafo fascista. Badà quiere ser funcionario, económetra además. Casi una imposibilidad de lo primero dado que inicia, pero que jamás llega.
Badá Biar, emprende una carrera sin fin hasta descubrirse en quienes administra como expuesto en su catafalco-buró, preparado en el sudario de la Resurrección, presto para el Juicio y coro de los esclavos memoriados según el evangeliario postapocalíptico de Giovanni Papini.