«Hagamos las paces» es la frase que, desde que publicamos el libro, nos acompaña en la escuela para sustituir las quejas, las acusaciones y las pataletas. Este programa da voz y protagonismo a la infancia para poder resolver los conflictos que surgen del roce diario y que, si no encuentran una salida positiva, coartan y limitan.
Muchos docentes nos han demostrado su convencimiento de que las relaciones positivas en el aula son el engranaje «que mueve al docente que mueve al grupo que mueve los proyectos que mueven el mundo». Es decir, sin un tejido socioafectivo potente, la labor educativa, por muy innovadora que sea, se debilita y decae. Para dar un sentido profundo a lo que realizamos en el aula, tenemos que saber hacer las paces con nosotros, con los otros y con el planeta.
Por ello, el itinerario de mediación de conflictos que sugerimos se desarrolla mediante propuestas prácticas, lúdicas y vivenciales que no dejan a nadie indiferente y generan momentos de aprendizaje compartido, de dar libertad a la creatividad, de autorregulación y de crecimiento grupal.