«Idazketa labana bat da» EUSKALERRIA IRRATIAn
Abenduak 16 Astelehena
En su Historia del 1 de mayo, Peter Linebaugh recuerda hechos concretos pero también repasa el desarrollo del fenómeno a nivel global: “A mediados y finales de los años 70, tras haber sufrido derrotas de varios tipos, los jóvenes activistas, radicales, reformistas y revolucionarios sintieron la necesidad de estudiar. En aquella época, personas de todas partes se dirigían al Departamento de Historia de Rochester para estudiar con supuestos marxistas e izquierdistas”. En el reciente libro de Katakrak, su autor nos sitúa en espacio y tiempo determinados: “A raíz de las grandes revueltas municipales de 1960, encabezadas por afroamericanos, se puso de manifiesto claramente la naturaleza racista de la universidad estadounidense (su programa de estudios, su investigación y sus trabajadores)”.
El ensayo es, desde luego, un conjunto de reflexiones sobre actividades y repercusiones propias de fecha tan señalada, aunque el historiador estadounidense disimule su habilidad para imaginar un futuro mejor para la clase trabajadora. Por ello, Historia del 1 de mayo aporta pensamientos e ideas que conducen al lector hasta el destino elegido: “Esopo, el esclavo y narrador de fábulas animales, dice que el cisne, capturado por error en lugar del ganso, entonó su canto como preludio de su propia muerte”. ¿Qué nos quiere contar Linebaugh? “Reconocieron su voz y su canto le salvó la vida”. Tiene razón: “Ojalá sea así con el canto del cisne como con su graznido: que se vuelva a reconocer la promesa serena de unir a los trabajadores del mundo”.
El estudio de Linebaugh ayuda en la lucha por la dignidad y los derechos de los trabajadores del mundo entero.
Santiago Javier Navarro