‘Nuestra única alternativa hoy es la extinción o una reinvención radical del mundo’: Srecko Horvat

El filósofo y autor de ‘Después del Apocalipsis’ afirma que la pandemia ha sido un catalizador para el capitalismo.
Redacción AN / HG
06 Dec, 2021 03:55
Por Héctor González

Cuando comenzó la pandemia algunos dijeron que la especie cambiaria para bien. Otros como el Slajov Zizek pensaron que sería el fin del capitalismo. El filósofo croata Srecko Horvat (1983), en tanto, asegura que el virus es más que un hecho biológico y lo conecta de manera directa con el miedo.

En su nuevo libro Después del Apocalipsis (Katakrak) plantea, sin embargo, la posibilidad de explorar la Apocalipsis como si fuera una revelación para hacer frente a la pandemia, la crisis climática y la era nuclear. “Ciertamente no estamos todos en el mismo barco, algunos tienen superyates y otros no tienen que comer, pero nos enfrentamos a la misma tormenta”, expone el escritor en entrevista.

Hace poco más de un año escribiste que la pandemia del miedo era más peligrosa que el virus, ¿piensas lo mismo ahora?

Cuando escribí eso en febrero del año pasado en el New Statesman británico, todavía era un período antes de los primeros bloqueos en Europa. Mi punto no era que el virus en sí no sea peligroso y, mientras hablamos, la pandemia no ha terminado, al contrario. Pero lo que podemos ver hoy es exactamente lo que dije hace un año, que el virus es mucho más que un hecho biológico, siempre está conectado al miedo, y el miedo siempre es usado por varias ideologías, en este caso lo que podemos ver claramente es que la pandemia está siendo utilizada tanto por los etnonacionalistas para fortalecer las fronteras y crear exclusividad racial, como por el capitalismo que se beneficia del prolongado “estado de excepción”. El mejor ejemplo es Amazon. ¿Sabías que la riqueza de Jeff Bezos aumentó tanto en la pandemia que pudo pagar a sus 1.3 millones de trabajadores un bono de Covid de $ 690.000 y seguir siendo tan rico como lo era a principios de 2020? El miedo crea incertidumbre, y siempre hay quienes utilizarán la incertidumbre para obtener más poder y ganancias.

Propones una vía al margen de izquierda y derecha. ¿En qué momento se superaron estas ideologías?

Bueno, ¿sabes cómo terminó la idea de la “Tercera Vía” defendida por Tony Blair? Cuando a Margaret Thatcher en 2002 se le preguntó en una cena cuál era su mayor logro, ella respondió: Nuevo Laborismo. ¿Por qué? Porque, como ella dijo, “obligamos a nuestros oponentes a cambiar de opinión”. Así que de ninguna manera defiendo una “tercera vía”. Cuando miras las derrotas de la izquierda en Europa, desde Syriza hasta Podemos, verás que de alguna manera también terminaron como Tony Blair. Por no hablar del nuevo New Labor después de Jeremy Corbyn. Cuando la política de la izquierda radical comienza a hacer un compromiso tras otro, reforzando de hecho el neoliberalismo, puedes estar seguro de que viene el ascenso de la derecha radical. O como dijo una vez el gran filósofo alemán Walter Benjamin: “detrás de cada fascismo, hay una revolución fallida”. Basta mirar a Europa y verás que el fascismo está de vuelta con toda su fuerza, y no son solo algunas bandas marginales de “extrema derecha” o de derecha en las calles, mira los gobiernos de Hungría o Polonia, por ejemplo. Lo que tenemos que crear hoy no es una tercera vía, sino un nuevo camino que irá más allá de las derrotas de la izquierda y el éxito actual de la derecha.

Zizek escribió que la pandemia sería un cataclismo para el capitalismo, todo indica que no será así. ¿Cuál es tu opinión? ¿Se reformulará el capitalismo?

Slavoj es mi buen amigo, pero no estoy de acuerdo con que la pandemia sea un cataclismo para el capitalismo. En ese artículo que mencionas en tu primera pregunta, también dije que lo que parece aún más cierto hoy, es decir, que la pandemia no detendrá la circulación y acumulación interminable de capital. En todo caso, “pronto podríamos enfrentarnos a una forma de capitalismo más oscura e incluso más peligrosa”. Un año después, vivimos en esta realidad. La pandemia no sirvió como un cataclismo para el capitalismo, sino más bien como un catalizador. Aceleró el control tecnológico sobre las poblaciones, generó más ganancias para personas como Jeff Bezos o Elon Musk, o simplemente mire las conversaciones sobre el clima en Glasgow. Todo tiene que cambiar, para que todo siga igual. Hubo mucho bla bla bla en Glasgow, como Greta dijo tantas veces acusando a los líderes y países más ricos de simplemente continuar prometiendo y hablando en lugar de acciones climáticas serias y radicales. ¿Qué mejor prueba que Joe Biden, quien, justo después de Glasgow, anunció planes para abrir millones de acres para la explotación de petróleo y gas en el Golfo de México? No es un cataclismo para el capitalismo, es un cataclismo para nuestro planeta.

En tu nuevo libro Después del Apocalipsis, al menos en español, indicas que el apocalipsis puede ser una alternativa. ¿Crees que existen las condiciones para esto?

Absolutamente. Lo que afirmo en mi libro Después del Apocalipsis es que es precisamente América Latina donde la gente ya sufrió varios confines del mundo. La colonización por países europeos, el genocidio de poblaciones indígenas, la destrucción de la naturaleza. Pero el Apocalipsis en su significado original, proveniente del griego antiguo apokalypsis, no significa el “fin del mundo”, significa una “revelación”, descubre algo, y en ese sentido presenta una oportunidad. Algunos, como el economista griego y mi amigo Yanis Varoufakis, afirman que ya vivimos después del capitalismo, y él lo llama “tecno-feudalismo”. Afirmo que estamos viviendo “después del Apocalipsis”, todavía no estoy seguro de qué es exactamente pero definitivamente no es el tipo de capitalismo que hemos estado viviendo. Y abre posibilidades, tal vez no solo “tecno-feudalismo”, sino también espacios para la invención política, para la reconstrucción del transnacionalismo, para nuevas realidades geopolíticas y un entendimiento común de nuestra pertenencia planetaria y viaje compartido por el universo. Ciertamente no estamos todos en el mismo barco, algunos tienen superyates y otros no tienen que comer, pero nos enfrentamos a la misma tormenta. Y es, como lo expresó nuevamente Walter Benjamin en su memorable descripción del cuadro Angelus Novus de Paul Klee, la tormenta del progreso. Nuestra única alternativa hoy es la extinción o una reinvención radical del mundo después del Apocalipsis.

¿Te asumes a ti mismo como un filósofo radical? ¿Cómo define el radicalismo?

Hace unos años The Guardian me hizo una pregunta similar y respondí que el sistema actual es más violento que cualquier revolución. Muchos se sorprendieron, especialmente los liberales, pero mi punto fue que el sistema actual, con su interminable explotación, expansión y extracción, tanto de las almas humanas como de los recursos naturales, es más radical de lo que podría ser cualquier revolución. Datos recientes confirman que cada año alrededor de 10 millones de personas mueren a causa de la contaminación del aire. Eso es 100 millones en solo una década. No me gusta Stalin y pelearía con él hasta mi último aliento y ciertamente terminaría en un Gulag si él estuviera en el poder. Pero este número es alrededor de 4 veces más que todas las víctimas en los gulags de Stalin. No estoy diciendo que el capitalismo actual sea una especie de estalinismo, estoy diciendo que es muy cínico cuando acusa a las revoluciones de crear catástrofes, mientras que el capitalismo en sí es una gran catástrofe que mata a cientos de millones de personas cada año, ya sea que se trate de una contaminación atmosférica total. , guerras continuas, explotación y destrucción de la naturaleza que luego conduce a más incendios forestales, inundaciones y desastres climáticos que nuevamente matan y matarán a más millones de personas. Si esta posición es “radical”, me alegra que me llamen filósofo radical. Pero la posición verdaderamente radical es continuar con esta locura.