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Los grupos de lectura de 2018-2019 en DIARIO DE NAVARRA

La lectura compartida regresa a Katakrak

Con el grupo en euskera en su séptima edición, vuelven los de lectura feminista y en catalán iniciados el año pasado

LAURA PUY MUGUIRO Pamplona

“Lo que comenzó como proyecto personal se convirtió en un espacio de debate que ha funcionado muy bien”. Son las palabras de Marta Arrizabalaga, coordinadora del grupo de lectura feminista de Katakrak, sobre las sensaciones tras el inicio el año pasado de
esta actividad. No imaginar qué acogida tendría y comprobar que en todas las sesiones hubo diez personas fijas, llegando incluso a dieciséis en alguna ocasión, ha hecho que no se cuestione su continuidad y que mañana sea la primera cita, a la que seguirán, pro-
gresivamente, los grupos en euskera y en catalán. Satisfecha con la respuesta del curso pasado, Arrizabalaga expone que, si bien “la mayoría de asistentes eran mujeres, hubo también algún hombre, ya que es un grupo de lectura mixto”. Y mixto no solo por el género, ya que reunió a personas de todas las edades —de universitarias a jubiladas— y con toda clase de conocimientos —desde quien no sabía cómo acercarse a este tipo de lectura hasta quien había empezado a leer libros feministas, incluido quien “tiene parte de la teoría más trabajada, lo que no es ningún impedimento para el resto, pues perfiles tan diversos facilita conversaciones y debates muy interesantes, creándose dinámicas muy enriquecedoras”.
Las nueve autoras de este curso abarcan distintas épocas —como pueden ser la escritora rusa de principios del XX Alexandra Kollontai y la vizcaína Nerea Barjola, de 38 años— y temáticas —maternidad, economía feminis-ta, feminismo antirracista... Y son lecturas consensuadas: el primer año se decidieron entre dos coordinadoras, mientras que para éste fue una elección colecti-va, en la última sesión del curso. “De este modo, todo el mundo pu-do expresar qué le interesaba”, añade Arrizabalaga.
El arranque es precisamente con Microfísica sexista del poder, de Barjola. Le seguirán (21 de noviembre) Feminismo socialista y revolución, de Alexandra Kollon-tai; Contra los hijos, de Lina Meruane (19 de diciembre); Contra el patriarcado, de María Pazos (16 de enero), libro que presentó en mayo; la autobiografía de Angela Davis (20 de febrero); Neoliberalismo sexual, de Ana de Miguel (20 de marzo); la Teoría King Kong, de Virginie Despentes (10 de abril), gran parte ligado al tema de la prostitución, “de mucho debate últimamente con el sindicato de trabajadoras sexuales”; El harén en Occidente, de Fatima Mernissi (15 de mayo), y Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie (19 de junio). La hora, las siete y media de la tarde.

Traducciones y originales

Las nueve sesiones del grupo de lectura en euskera, “muy consolidado”, serán a las ocho de la tarde. Su coordinador, Hedoi Etxarte, indica que este año se centrará en novelas y ensayos. Empezarán la semana que viene (26 de octubre) con Natalia Ginzburg y su novela Arratseko ahotsak, a quien seguirá el 23 de noviembre Jack Kerouac con Errepidean. Además de introducir novela negra con el Hilabete bat Montalbanorekin de Andrea Camilleri (14 de diciembre), se comentará Mari-mutil handi baten bluesa, de Leslie Feinberg (25 de enero), el libro “casi periodístico” Gerrak ez du emakume aurpegirik de la Premio Nobel en 2015 Svetlana Alexievich (21 de febrero) y un clásico de Lev Tolstoi traducido este año, Hadji-Murat (29 de marzo). El libro más antiguo tiene más de dos siglos y es Michael Kohlhaas, de Heinrich von Kleist (21 de junio), y entre los más nuevos, el ensayo sobre género de Judith Butler Genero nahasmendua (31 de mayo). Días antes, la novela de Josep Pla Kale estua (12 de abril).
Todos los textos son traducciones. “Es una decisión que tomamos el segundo año debido a que en Pamplona hay unos cuantos grupos en euskera y nos pareció que era nuestra manera de aportar: solo traducciones, y dentro de éstas, un poco de todo. Por eso este año tenemos autores alemanes, rusos, americanos, italianos... Y así, año tras año, se va ge-nerando una ‘saga”. En la deci-sión de volcarse en traducciones comenta Etxarte que también se tuvo en cuenta que el lector en euskera es, como mínimo, bilingüe, “y muy a menudo tiende a leer originales en euskera y se pasa al castellano para las traducciones, cuando hay numerosas en euskera magníficas”.
El club con comienzo más tardío será el catalán, el 9 de noviembre. “Tenía muchos boletos o para fracasar o para que fuera proyecto de un solo año, y, sin embargo, han sido encuentros con su punto de originalidad en cuanto a asistencia”, indica Etxarte respecto al público: una catalana que reside en la Ribera y viaja a Pamplona para participar en este grupo por no tener en el día a día la opción de hablar en catalán, el que no conoce el idioma pero consume medios de comunicación en catalán, quien estudió en Cataluña y regresó... “Y en este grupo hemos hecho el camino contrario al euskera: tres de los cuatro textos están escritos en catalán”. Comenzarán con un ensayo breve de Marina Garcés, Nova il·lustració radical, “sobre cultura, alta cultura, cultura popular...” y seguirán (18 de enero) con un ensayo de Ngugii wa Thiong’o, Desplaçar el centre, dejando la narrativa para los libros de Manuel de Pedrolo (Hem posat les mans a la crònica, 22 de marzo) y Eva Baltasar (Pergamel, 24 de mayo). Las citas serán a las
cinco de la tarde.



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