Un solete
Lunes 02 de Septiembre
Damos poco valor a la vida. Y no me refiero aquí a lo anodinas que nos resultan las cifras de muertos que intentan cruzar el Mediterráneo en la misma época en la que el ser humano envía basura espacial hasta Marte. Digo que damos poco valor a la vida porque no nos damos cuenta, por ejemplo, de la fortuna que es compartir humanidad con un gran poeta. Me refiero a Bruno Montané Krebs y tengo en la mesilla El futuro. Poesía reunida (1979-2016) (Candaya 2018).
Me he detenido, en más de una ocasión, en los poemarios de poetas mediáticos, de poetas que además de labrar el verso labran redes sociales, conferencias y escriben en prensa. No conozco poeta vivo mejor. La poesía reunida de Montané no está hecha a la contra. Está hecha al margen. Está hecha sobre lo cotidiano, sobre la vida. Sería el poeta más preciso de nuestra época junto con Dritëro Agolli, si el albanés hubiera muerto en 2017. Estoy pensando en poemas como Luces, Nadie, Cisterna, La boca es un dado negro o Mano. Son poemas amplios, son poemas precisos. Montané es «un mago de acero». Y si él no lo sabe, se lo deberíamos de hacer saber: ahora que todos seguimos con razón y palpitamos «mineral de la sangre» en nuestras conversaciones.
Damos poco valor a la vida. Y pienso volver a esta obra, completa e inacabada a la vez, cuantas noches hagan falta.
Hedoi Etxarte