Rueda de prensa de «La danza de las luciérnagas»
Miércoles 27 de Noviembre
El periodista Matt Sakakeeny es el autor de un interesante ensayo sobre el trasfondo social de la tradición de las populares brass bands de la ciudad norteamericana de Nueva Orleans.
Nueva Orleans es la cuna del jazz y de muchas otras historias relacionadas con el pasado, el presente y el futuro de este género musical. Según cuenta la leyenda, todo comenzó en un cruce de caminos de esta ciudad norteamericana, Congo Square, donde a mediados del siglo XIX se reunían los esclavos negros en sus limitados momentos de ocio para cantar y bailar al son de los ritmos africanos. Después, tales músicas vivieron un lento proceso de mestizaje en el que intervinieron influencias anglosajonas, francesas, españolas, criolllas, índias… hasta llegar a confluir en una especie de mezcolanza de la que emergieron el góspel, el blues y el jazz. Y en medio de esta convulsión aparecieron las brass bands con sus funeral jazz que han dado tan merecida fama a la metrópolis de Louisiana.
Sobre la historia, la sociología, la cultura, la música y los personajes de estas brass bands trata el libro del periodista Matt Sakakeeny que la ediorial navarra Katakrak ha titulado Sigue adelante (originalmente, Roll with it) y que ha subtitulado de forma muy clarificadora Raza, poder y música en Nueva Orleans, ya que el volumen es un estudio con un importante trasfondo social sobre la existencia y la función de estas orquestas ambulantes de vientos, mayoritariamente formadas por músicos negros y muy vinculadas a los barrios de la ciudad, con todo lo que esto supone de discriminación y marginación, y también de reivindicación y de superación.
La historia que nos explica Sakakeeny se centra en muchas de estas bandas, algunas con cierto renombre, como Rebirth, Soul Rebels, Dirty Dozen o Hot 8 -y todas ellas apellidadas Brass Band-, pero su estudio va mucho más allá, ya que trata otros temas asociados a la evolución de estas formaciones, desde la política de locales públicos al urbanismo y desde la proliferación de las drogodependencias a los problemas de orden público, pasando por la propia casuística de las famosas ceremonias funerarias. Y otro tema no menos importante que aparece en estas pàginas es el que afectó -y todavía afecta- a Nueva Orleans el fatal 25 de agosto de 2005: el huracán Katrina, las consecuencias del cual podemos resumir en una sencilla frase del mismo autor: «El hecho que el Katrina acelerara más que no retardara la mercantilización del patrimonio de Louisiana no es ninguna sorpresa». Y así estamos.
Ferran Riera