LA IDEOLOGÍA MATA

LA IDEOLOGÍA MATA

Jose Antonio Fortes

13,00 €

BEZa barne

Badugu

LA IDEOLOGÍA MATA

ISBN 978-84-943431-0-0
Orriak 212
Urtea 2015
Argitaletxea Cotali
Saila Economía

«Cuesta a veces trabajo explicar la materialidad de la ideología. Pero la realidad, incluso las basuras tecnológicas con las que estamos habituados a vivir, la realidad virtual ayuda perfectamente a explicarnos en qué consiste la materialidad de la ideología. Yo siempre suelo decir que la ideología mata. Mata con balas ideológicas. Y esas balas no van al corazón o al hígado, van al cerebro. Ya han matado a distintas sociedades hasta llegar a ésta, la que nos importa. La capacidad de pensamiento crítico de millones de españoles está ya asesinada por la ideología dominante, que les ha metido el tiro perfectamente en el cerebro con distintos...

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aparatos de represión ideológica: de la escuela a la televisión, prensa, radio o cine, pasando por la literatura. Históricas armas de nuestra destrucción masiva, de nuestra alienación y muerte en vida, sometidos a su discreto encanto, al ballo in maschera del capital y su beautiful people, esos cuyos nombres de guerra, de héroes laureados (de España, por supuesto), son los de poetas, filósofos, profesores de universidad, publicistas y agentes de la cultura, intelectuales y funcionarios ideológicos de clase (FICs) en general, que nada tienen de sacros ni divinos, sin ningún aura sobre sus cabezas sino la fama y las prebendas, el alto salario con que sus amos ?el Capital? les paga su trabajo y servicios prestados.»

Partiendo de la irrupción del movimiento obrero en la escena social y política de mediados del siglo XIX, en estas cinco apasionantes intervenciones José Antonio Fortes repasa la Comuna de París, su represión y el papel ideológico que a partir de entonces ha venido jugando la intelectualidad orgánica al propagar la animadversión ante cualquier conato de rebeldía proletaria; el invento de la llamada «literatura obrerista» y sus efectos; las fermosas coberturas con que la ideología ha venido ocultando o haciendo desaparecer las realidades concretas ?por ejemplo, sustituyendo los crímenes políticos por crímenes pasionales en la literatura?; la situación de los escritores en la mal llamada «Guerra Civil» y los servicios de clase que prestaron y aún siguen prestando al Capital; la diversificación de ese Capital por acción de una ideología que se materializa de distintas formas: llámense religión, urbanismo, tecnología, cultura, literatura?

«La represión de la Comuna de París inaugura un discurso que desde 1871 llega hasta hoy, hasta nosotros. Fijaos que aquello duró dos meses? ¡Dos meses! Pero se vio un peligro de muerte, efectivamente. Cada vez que ha intentado salir otra Comuna, se llame como se llame, inmediatamente el poder del Estado actúa. Y la actuación ha sido sistemática: política, militar, jurídica e ideológica, que finalmente es la que se ha visto más efectiva. La mejor represión sobre la revolución del enemigo de clase es aquella que impide cualquier pensamiento, idea y ocurrencia de revolución. Pero como eso tarda tiempo en conseguirse, aunque se ponga en marcha la represión ideológica del proletariado inmediatamente que se acaba con la represión física, política, económica y social de ese proletariado, como se pone en marcha lentamente, hay otros intentos de organización proletaria y revolucionaria; e inmediatamente se actúa. Inmediatamente se actúa, esté esa organización proletaria donde esté, porque lo que sí funciona, aunque haya naciones y se peleen entre ellas aparentemente, como la cara que oculta la realidad, la internacional que sí funciona es la del capital. Para el dinero no hay fronteras. El capital es universal. Y esa universalidad ha ido acompañada de los avances técnicos de tal manera que ya hoy sí lo vemos?»

Fortes aborda la realidad de las distintas clases sociales en relación con sus diferentes posiciones y situaciones de producción o explotación; realidades sociales, políticas, históricas, culturales? ¿Qué lugar ?de clase?ocupa el intelectual y qué servicio presta?, ¿cuál es su función ideológica? ¿Qué se ha querido hacer pasar por y en base a qué particulares intereses? ¿Qué se nos ha querido ocultar y por qué? ¿Qué textos han sido borrados del mapa? ¿Existieron ?o existen? otras literaturas frente a ?o en pugna con? la Literatura?

«Vamos a ver: se trata de construir una realidad bajo el Capital donde no intervenga absolutamente nada extraño a ese Capital. Y para ello, nada mejor que la intervención de la ideología, el falseamiento de las palabras y las cosas que proporciona la ideología?, la ideología familiarista, en este caso. Todo enemigo viene hacia mí, todo enemigo es contrario a mis ideas; o tú te incorporas? Pero, ¿a qué te incorporas? No te incorporas a un Estado, a una idea, a una ideología conservadora, te incorporas a España. Hace falta salvar a España. Y en esa España, ¿qué representamos nosotros? Pues España es como una especie de gran familia. Esta señora superministra? es un ama de casa, una mater familias metida en política. Exactamente como la Cospedal y compañía. Ellas y el resto del cuerpo administrativo se hacen cargo político de los negocios de Estado? como si fuese su casa, nuestra casa, nuestro hogar? ¡Pero van a entrar a saco! Así que, nos dicen que una vez más hace falta una economía doméstica para salvar a España. Que España es una especie de gran familia, los españoles somos como una familia? con problemas. Que el Estado está arruinado, como estaría cualquier familia. Que las cuentas del Estado son como las cuentas de cualquiera de nuestras familias??pero no de las suyas, claro?. ¿Que el Estado es una familia? ¿Qué tendrá que ver la familia con el Estado? ¿Que España es una familia? ¿Qué tendrá que ver España como nación, como territorialidad capitalista, con una familia? ¿Qué tendrá que ver eso? Pero inmediatamente surgen ejemplos de ese tipo, familiaristas, una ideología familiarista para explicar o encubrir realidades.

Así también la Guerra Civil no fue sino una guerra de familia, y eso es falso, eso es irreal. Evidentemente que mi primo y yo peleábamos, y mi hermano y yo peleábamos con mi otro hermano y con mi padre y con mi madre, ¡claro que sí! Pero la razón de la pelea no está en cuestiones familiares. Que evidentemente la familia y razones familiares? propiedad, herencias, lindes, conflictos de ese tipo? sí, es como la leña que tú le das a la maquinaria de matar que fue la Guerra Civil, ¿verdad? La Guerra Civil, claro que sí, todo y mucho más todavía. Pero lo que se decidió en la Guerra de España son razones de clase social. En España, en el 36 hubo una guerra de clases, porque era imposible de controlar desde el Estado la lucha de clases.»

La forma de este libro es, como se lee, hablada. José Antonio Fortes, que ha sido profesor durante muchos años, tiene sobrada capacidad de palabra ?explicativa, analítica, dialéctica?, como el lector podrá apreciar en estas intervenciones ?ni exactamente charlas ni exactamente conferencias?, así como lucidez crítica para ir al quid de las cuestiones, al fondo de las realidades en el análisis de la cobertura ideológica que fabrica la Realidad única, saltando de época en época, relacionándolas y deteniéndose en momentos concretos y hechos clave ?de ahí los ejemplos y anécdotas que sazonan su explicación? de un transcurso que abarca un amplio contexto histórico, de mediados del siglo XIX a nuestros días, donde detecta cómo la acción de la ideología ha ido dejando su huella, uniformando?(socializando) y minando a su paso un pensamiento crítico verdaderamente transformador. El resultado es una concepción sin contemplaciones ?«ya no es tiempo de contemplaciones»? de la función que cumple la ideología y más en concreto su residual sector de producción y marketing literario, la literatura y sus servidores, en la defensa y perpetuación del dominio capitalista, todavía hoy en medio de una de sus más salvajes orgías financieras.


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