Felisberto se nos desvela en estas páginas como una forma de mirar el mundo en sus distintas etapas y desde sus diferentes vértices. La mirada ingenua que introduce el extrañamiento ante lo cotidiano; un alma que parece desconcertada en el mundo en el que le ha tocado vivir y que busca explicaciones constantes. Con la armonía de la música que pulsaban sus dedos, el pianista que se vio obligado a vender su piano nos descubre el amor, la creación, el miedo, el horror, la infancia, lo soñado.