No siento nada
20,90 €
BEZa barne
Badugu
No siento nada
ISBN | 978-84-18052-02-6 |
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Orriak | 184 |
Urtea | 2021 |
Argitaletxea | Reservoir Books |
Saila | Novela Gráfica / Komikiak |
Una radiografía del amor en la era del narcicismo extremo, el nuevo ensayo de la historietista más punk del feminismo actual.
¿Qué le está pasando al amor? ¿Todavía podemos enamorarnos de verdad? ¿Por qué las historias casi siempre acaban fatal?
Con su tono cáustico y su rigor documental, Liv Strömquist analiza cómo le va al corazón en estos tiempos de capitalismo tardío. Con la ayuda de Leonardo DiCaprio, Beyoncé, Kierkegaard, Hilda Doolittle, los pitufos, la teoría sociológica, concursantes de reality shows, Platón y muchos más, busca respuestas a grandes preguntas: ¿Podemos controlar el amor? ¿Qué les pasa...
a los que van de flor en flor? ¿Por qué las historias casi siempre terminan fatal?
La historietista combina referentes conocidos con anécdotas menos esperadas para sondear los recovecos de la pasión: el tormento del joven que se enamoró de Sócrates hace dos mil cuatrocientos años o la convulsa historia de Lord Byron y su ex. Strömquist tiene las manos llenas de historias para desplegar una verdadera anatomía del eros.
Críticas:
«Strömquist torpedea las construcciones sociales.»
El Mundo
«Un ensayo tan divertido como instructivo sobre el compromiso en el amor que mezcla filosofía y cultura pop.»
Les Inrocks
«Así funcionan los ensayos gráficos de Strömquist, tanto si tratan de la historia de los órganos sexuales femeninos como del amor: son controvertidos y conmovedores, capaces incluso de rebajar la tensión en los discursos de género (a veces tan crispados).»
Die Zeit
«Sus viñetas son agudas, enfurecidas, chistosas y precisas, también son informativas hasta niveles insospechados.»
The Guardian
«Liv Strömquist es esa dibujante de las costumbres humanas que jamás irá con el freno de mano puesto. Con paso decidido y sin ningún tipo de dilaciones, es capaz de transformar teorías sociales avanzadas en viñetas diáfanas que además le dan a la indignación un contrapunto hilarante.»
Aftonbladet