Este libro cuenta la historia de un chico autista que vive en silencio y su hermano, que se pregunta por qué a su hermano le gusta tanto la soledad, el estar incomunicado en sí mismo. El hermano se pregunta por qué Tom no juega, no habla, no dice lo que piensa. Nada parece sorprender a Tom. Pero un día, Tom llama a su hermano a conocer su mundo, su mundo interior, descubriendo así una forma diferente de comunicarse a su manera.

Tom no es un libro de la desesperanza ante una enfermedad, sino que más bien nos pone en contacto con la realidad, con la comprensión y con la esperanza. La sociedad intenta ser más tolerante, intentando que todo el mundo tenga cabida en él, pero aún así no sabemos cómo asumir ciertas circunstancias desconocidas.

Planteamos un libro álbum con un lenguaje visual inusual, poético y simbólico, que nos haga pensar, que nos sensibilice con la postura del otro, que nos permita adentrarnos en mundos que no conocemos y que nos haga querer cambiar muchas cosas en nuestra sociedad.

El autismo está presente en el libro, sí, pero también hay otras tantas cosas que la imaginación del lector pueda percibir (reír, pensar, llorar, sentir, desarrollar sensibilidades,…) hasta tal punto que pretendemos que haya un poco de cada uno de todos nosotros, de todos los niños, con los sueños que se almacenan en una esquina de nuestra imaginación y que no pueden expresarse.