Salgaien zerrenda

Un barco de vapor en Arrosadia

No me lo estoy inventando, existe. Está guardado en algún cuarto del centro comunitario, la antigua guardería. De momento es sólo un buen montón de listones y cartones, pero casan en la cabeza y en los planos de J. Ayer los pintamos y en dos semanas los montaremos siguiendo sus instrucciones. Todo el mundo está deseando ver ese barco del Mississipi, de tres metros de eslora, navegando aguas abajo por las calles del barrio.

Pasaron otras cosas la tarde de ayer. «Nunca habíamos visto el centro así», me dijo O. «Todo ha fluido sin que hiciéramos nada», añadió M. Primero, los talleres. Había demasiados niños como para que la producción fuera ordenada, pero esa combinación frenética de caos y momentos mágicos a muchas revoluciones por minuto dio resultado: un buen taco de mochuelos pintados en colores y una pancarta enorme que anunciaba «ARROSADIA NOLA '16 – ASTINDU AUZOA». Los aplausos que se llevó cuando la colgamos, tendríais que haberlo visto. Y ahí empezaron los tambores, el baile y las risas, muchas risas. La luz bajando y la palabra «bonito» en todas las bocas. La percusión de Dimbayá hizo crecer el césped en el patio de la vieja guardería y la gente pudo danzar descalza. Hubo trajín en la barra, que se descargó casi entera, y de la cocina salió falafel, gratis para picar y en bocata para cenar por 3€. La cerveza y los refrescos a 1,5€ para pagar gastos, rótulos de cartón, materialismo y poética de la jarana. Cuando Music in my soul selektah se puso a los platos, había ambiente de victoria. Los amigos de Benation y Sustraian Records tomaron el micro para especiar la verbena, para rematarla con ese aroma a verano y a invencible que tienen las buenas fiestas. Y acabamos pronto, a las 23:00, por respetar el horario pero también por esa satisfacción extra que te da recoger las frutas cuando están maduras, cuando la siguiente canción ya no puede ser mejor.

Y eso fue la presentación del NOLA 2016. Muchas manos, miradas cómplices, la promesa de algo. De algo más que el festival que nos espera del 26 al 29 de mayo, quiero decir. Me refiero a la sensación de que estamos jugando bien y que merece la pena seguir, de que la idea de agitar juntas música y comunidad tiene camino por delante. El barrio, cualquier barrio, es un espacio de convivencia y a la vez de conflicto. Hay dos tipos de transformaciones posibles: por un lado está la vía de la privatización de los problemas y las vidas, las relaciones de competencia e inmunidad, el sálvese quien pueda. De otro lado, está la vía de la democratización de los asuntos comunes, las relaciones de cooperación y comunidad, las conquistas colectivas. Tenemos un barco de vapor esperando a ser montado en un local vecinal de la Mila. Necesitamos que funcione como símbolo de este segundo modo de transformación. Si quieres tirar de él, nos vemos en el barrio a partir del día 26.

Astindu gorputza!
¡Menea el barrio!
Astindu komunitatea!
¡Menea las caderas!

Luis Soldevila Mataix



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